De mayor quiero ser...
Esa es la frase más escuchada en los últimos meses por parte de mi hija.
Y es que la está costando decidirse que va a ser de mayor.
Primeramente quería ser como su madre, iba a trabajar en una oficina con un ordenador, la veías jugar por toda la casa haciendo como que tecleaba un ordenador imaginario.
Pero como su feminidad es grande y acentuada se pirria por los cosmeticos, para ella llegar a la sección de cosmeticos en un supermercado es mejor que entrar a una tienda de juguetes. Se vuelve loca con los pintalabios, pintauñas, gloss y mil cosas que ya no la dejo porque con 5 años, no puede ser que tenga más cosas que yo.
Entonces decidió que iba a ser esteticien-pintauñas cuando descubrió las uñas con dibujos.
Ella piensa que yo soy manitas y la puedo hacer en sus uñas de 1x1 mariquitas, tatoos, flores o castillos. Jajajaja, ilusa mia, si no se ni pintarme las uñas a mi misma, si soy lo más torpe que ha parido madre.
Eso si, ella está encantada con el verano porque puede enseñar sus uñas de los pies pintadas cada una de cada color.
Hay que joderse no tengo tiempo de respirar pero me veo a las 10 de la noche con el quitaesmalte y pintandola las uñas.
Y aunque la gusta mucho y seguimos con el pintauñas descubrió la plancha del pelo... ohhhh!! que maravilla, ella que tiene el pelo que ni liso ni rizado, una tarde que voy y me siento y la aliso el pelo y se ve... para que se me ocurrió, me costó un imperio que esa noche se acostara porque decía que se le iba a estropear el peinado y que ella quería tener el pelo liso. La convencí para que se durmiera prometiendola que al día siguiente antes de irme al trabajo la repasaría el pelo para que fuera así al cole.
Y a la mañana siguiente cuando abro el ojo a las 7 de la mañana allí la tengo plantada al lado de la cama con la plancha en la mano para que no se me ocurriera irme sin alisarla el pelo.
Ese día la dí un subidón de autoestima brutal. M me contó que cuando llegaron al cole todo el mundo se quedó maravillado de lo guapa que iba y ella cuando se juntó con sus amigas iba dando bandazos con el pelo tipo was! was! soy Carmina Ordoñes.
-¿Cómo te has hecho así el pelo?- La pregunta su mejor amiga.
-Mi madre que tiene un palo.
Jajajaja, me parto.
Y la llevé a comprar una tarde al Ahorramás. Y cuando llegamos a la caja mi hija como no, se fíjó muy mucho en la niña mona que nos pasó la compra.
-Mami, ¿tu has visto que pelo tan bonito que tenía la chica de la caja?, ¿Y las uñas? ¿Y los pendientes?... que guapa mami que era. ¿Sabes que? De mayor quiero ser cajera del Ahorramás.
Y así empezamos la semana, con la maquinita registradora que la regalaron este año los reyes y que todavía ella no la había hecho mucho caso.
Todo era una compra y ella la cajera.
Si querías ducharte ella te vendía el champú. Si querías comer ella te vendía la comida. Si te querías vestir delante del armario tenías que darla el dinero porque todo había que pasar por caja.
Y pobre de ti como no te acercaras a su cuarto a comprar algo de sus estanterías.
Luego la dió por ser profesora. Iba con su pizarra por toda la casa explicando como hacer la A mayúscula o la a minúscula.
Pero... todo llega a su fin. Y cuando llegó el verano y la pusimos la piscina ella recordó que en los chinos de la esquina había visto una tabla de surf de Barbie.
Esa semana quería ser de mayor, surfera.
La perra que nos dió con la dichosa tabla de surf.
Un NO como un camión fué lo que la dije cuando me pidió la tabla.
No me voy a gastar el dinero en una cosa que no va a utilizar, solo por un capricho.
Yo intentando ser razonable con ella- Rica, pero tu no ves que eso es para la playa, que nosotros la playa más cercana que tenemos es a 500 kms.
No pasaba nada ella la usaba en su piscina.
Piscina que me llega el agua a mi por las rodillas y si me tumbo es casi igual de larga que yo. Vamos que es un charquito que la ponemos en la terraza.
-Hermosa, ¿no te das cuenta que la tabla no entra ni en la piscina?.
Pues nada, esa semana fué una guerra continua, un enfado a lo gordo, peloteras por la tabla y cada vez que veía a alguien le contaba lo mala malísima que soy por no dejarla ser surfera.
Hasta que un día viendo la tele vió una nueva Barbie... pero no una Barbie cualquiera, no señor, era LA BARBIE DISEÑADORA.
Ya la quería.
Una tarde que dabamos una vuelta por un centro comercial, entramos a un juguetos y allí estaba, LA BARBIE DISEÑADORA. Una Barbie como las 1000 que tiene en casa pero venía con 5 trapitos para que los recortara para hacerle unos mini vestidos.
40 pavos fueron los culpables de que esa tarde mi hija llorará más que en toda su vida.
Lo arreglé cuando llegué a casa. La dí unas telas que tenía por casa, la dibujé cuantro vestidos y la di las tijeras... a correr, ya era diseñadora.
Ahora va a todas partes con su bolsito de las Monster Highs lleno de vestidos confeccionados por ella, unos con flecos, otros con botones, otros de papel... Y más feliz que una perdiz.
Aunque viendo luego a sus Barbies no se para que quiere tanto vestido y tanto diseño porque luego las lleva a todas en bolas.
Pero... como con todo, ella quiere más. Y solo con los vestidos no es suficiente. Ahora quiere confeccionar bolsos o collares. Lo de las pulseras y collares es facil en los chinos venden bolitas de colores que los pasa por un cordón y ya está pero los bolsos???
Mi madre la enseñó ha hacer uno de lana para la Barbie. Anda tan maravillada que me pide a todas horas que por favor le haga otro yo.
Jajajaja, Yo, haciendo un bolso dice. Ainssss esta todavía no sabe que su madre es torpe de cojones.
Pero hago lo que puedo y ahí ando cosiendo botones a cuatro trapos cuando no estoy trabajando que eso es siempre.
Pero tengo que reconocer que también feliz como una perdiz.
Y de momento estamos en la fase de diseñadoras. Imagino que vendrán mil más.
Y espero poder contarlas.