RECONOCERLO

Lo reconozco, tengo una adición muy fuerte.

Y como ya me he dado cuenta que mi problema es grave, he aquí mi reconocimiento:

-Hola, soy Nais y soy CHICLOMANA.

Si, si habeis leido bien. Soy C-H-I-C-L-O-M-A-N-A, así con todas sus letritas.

Soy adicta totalmente a los chicles. Mi vida no tiene sentido sin un chicle en la boca.

Pero esque... están tan ricos.

Creo que he probado todos o si no la inmensa mayoria.

Indiscutiblemente los más ricos son los de sin azucar, los de azúcar tipo boomer se ponen durísimos y al instante se les quita el sabor. Eso los de ahora que los de antes estaban mucho más ricos. A parte que con eso de modernizar el envoltorio y el chique los de boomer han quitado un trocito del chicle y a mi no se me tonga.

Me encantan todos los sabores, menta, clorofila, fresa y ya los que son la bomba son los splash esos, ummmmmmmmmmmm.

Aunque los que siempre llevo en el bolso son los de happydent de menta, son fresquitos, te duran el sabor y no se ponen duros.

Los de Clix tampoco están nada mal. Los tienes de todos los colores y gustos pero los de frambuesa o sandía o melocotón esos son guarreria, apenas tienen sabor.

Otros que me traen loca son los tico-tico de sandía. Ummmmmmmmmm eso esta buenísimo pero son tan grandes que me duele la mandíbula de masticarlos, porque yo no los tengo quietitos en la boca dandole vueltas no señor, yo los mastico cual vaca rumiando en un verde prado.

A los que más añoro son a los Cheiw;

Estos chicles si que estaban buenos. Pero yo no se que pasaría que desde niña no los he vuelto a ver. Todavía recuerdo su sabor, ummmmmm eran los más ricos del mundo mundial.

La verdad es que es curiosa mi afición a los chicles porque yo no soy para nada golosa, a mi las chucherias no me llaman nada y el dulce tampoco, pero esque los chicles para mi son otra categoría. Son los reyes de todas las chuches.

Yo creo que todo empezó porque cuando era pequeña, recuerdo que el primer signo de que había llegado el verano era cuando colocaban el chiringuito de los helados en la esquina de mi barrio.

Allí que nos colocábamos todos los niños del barrio para saber cual sería la novedad del verano en las fotos de los carteles de cartón que ponían a ambos lados del puesto.

Y cuando elegía el polo más rico del mundo mundial, iva babeando hacia el patio de luces a gritar a mi madre:

-Mamaaaaaaaaaaaaaaa.

-Mamaaaaaaaaaaaaaaa.-Siempre lo tenía que intentar más de una vez, nunca salía a la ventana a la primera.

-¿Qué?

-Tirame algo para comprarme en el puesto de polos andaaaaaaaaaaaa.

-Si hombre y que más.

-Anda mamaaaaaaaaaaaaa, a la Susi la ha dado su madre cinco duros.

-Espera.

Y allí que me tiraba una moneda envuelta en papel de plata.

Yo corría a recogerla a donde había caido. La desenvolvía con los ojos iluminados de todo lo que me compraría.

Y siempre eran 5 pesetas.

-Jolin mamaaaaaaaaaaaaaa que con un duro no hago naaaaaaaaaaaaa.

-Pues es lo que hay.

-Jolin- decía entre quejas, haciendo como que saltaba de rabia- ahora no me podré comprar un patapalo de fresaaaaaaaaaaaaaa.

Y me iva con Susi al puesto de polos. Ella se compraba el patapalo y yo, podía optar por 5 caramelos de draculin, una bolsita de kikos o un chicle.

Asique siempre me compraba un chicle.

Susi se comia su patapalo, mientras yo me moría de envidia y yo me comía mi chicle. Pero a Susi se le terminaba el polo y yo seguia con el chicle en la boca, asique, al final, me sentía contenta porque ahora la que me envidiaba era Susi a mi porque a mi el chicle me duraba toda la tarde.

Pero ya es demasiado. Necesito comer chicle todos los días. Si un día no como ya estoy nerviosa, como si me faltara algo. Que yo para mi que le meten como a los cigarros nicotina o algo de eso porque para mi se han vuelto adictivos a tope.

Salgo de casa, compruebo que no se me olvide nada y estupendo llevo una cajita de 10 chicles en el bolsillo. Vale, genial. Pues no son ni las 11 de la mañana y ya me los he zampado todos. Son superior a mis fuerzas. Soy debil frente a ellos. Me llaman. Me meto uno a la boca, pero uno no es nada mejor me meto otro y ya son dos los que ando masticando, a los 10 minutos, puajjjjj esto ya no tiene sabor y me meto otro, es verdad que uno no es nada, mejor me vuelvo a meter dos, ... y empiezo a rumiarlo, ummmm, aunque me empieza a doler la mandíbula. Puajjjj esto es un asco, ya no como más chicles. ¿Y si me cojo otro?, no, no que me duele ya hasta la cabeza. Ummm pero que ricos están, anda me voy a cojer uno nada más. Pero esque uno no es nada mejor dos... y nada que al final me los como todos y no paro hasta que se terminan.

Mi record está en comerme 40 chicles en un día. Acabé con un dolor de cabeza que casi me muero. Pero que no escarmiento, todos los días igual.

Y lo máximo que he estado sin comer han sido 2 ó 3 días. Más no. Tengo que ir a cualquier lado a comprarme más.

Mi chico me tiene por perdida, ha intentado desengancharme pero esto es muy fuerte mi amor.

Me compró unos de esos que no son ni chicles ni caramelos para que me fuera desenganchando poco a poco pero eso es una porquería. A mi los chicles me gustan grandes.

Los caramelos al segundo que me como me empalaga un montón y termino empachaita con que me coma 3.

Ainssss y esque así no se puede vivir, ¿alguno teneis mi problema? ¿alguno lo ha superado?

Feliz semana.