jueves, 3 de junio de 2010

MILÉSIMAS DE SEGUNDO.

Después de trabajar 11 horas tu cuerpo y mente no queda para muchos trotes y la vista ya ni os cuento.

Algunos días mi jornada laboral se ve aumentada en un par de horas más ya que tengo que seguir echando un capote a mi querido padre.

Íbamos en el coche al mercadona a comprar, puesto que la nevera relucia más que nunca ya que la bombillita era lo único que tenía cuando la abrias.

M me había ido a buscar al trabajo pues ese día se había quedado con el coche, mi niña iba encantada por haberme ido a buscar.

Es curioso como desde que estoy en este trabajo ella me ha recogido más veces al trabajo que yo a ella a la guardería, concretamente yo a ella la he recogido 2 veces, en los que su carita de felicidad por verme me acompañan cada día aquí sentada currando y currando.

Llegamos al mercadona, subimos a la niña en un carrito y entramos.

Antes ir a comprar incluso comida me encantaba, planeaba muy bien todo lo que compraba para hacer a mi familia comidas ricas y saludables e incluso conseguía ahorrar.

Ahora entro a los centros comerciales y no se ni que comprar y me agobio un montón.

-¿Qué vamos a comprar?- Me pregunta M.

-Polos de cuchuruchos- Dice mi niña.

-Pues estamos buenos, uno que no sabe que la nevera esta pelada y la otra con los cuchuruchos tiene bastante.

Vamos por los pasillos, bloqueada que ando, cojo fiambre, este mismo, un par de pizzas, latas de atún, yogures, pan de molde....

-¿Qué hacemos para cenar?-Les pregunto.

-Que más da, lo que quieras-Dice M.

-Caca- Dice mi hija mientras se rie.

Ir con ellos a comprar no es ninguna ayuda. A M se la trae floja el tema de comidas y sus derivados como ir a comprarla.
Y mi niña ha descubierto que la palabra "caca" usada en cualquier frase o conversación le hace mil de gracia.

-No me ayudais nada, el próximo día vengo sola, por lo menos no me cabreo tanto.
-Jolin coge lo que quieras, ¿qué quieres que te diga?- Me dice M sorprendido porque me enfado.

-Ya pero luego llegamos a casa y bien que preguntais si no hay esto ni lo otro, jolin ahora es el momento, coger vosotros lo que querais.

Mi hija me hace una señal -Yo quiero cuchuruchos de... -Se pone una manita en la boca tapándose una gran risa apunto de salirle-.... caca- y la risa que le entró la hizo hasta toser.

Seguimos por los pasillos, todo es un dilema, ¿pollo o ternera? ¿gel hidratante o para pieles secas? ¿suavizante del azúl o el verde? ¿leche entera o semi?

Si a M se la trae al pairo la compra, imaginaros si le pregunto si prefiere macarrones normales o de colores.

Su cara es un poema. Y yo me cabreo más delante de la estantería de la pasta.

La niña se pone protestona, ahora quiere meterse en el carro de la compra y eso ya es imposible, se pone a protestar y hace que llora (porque no le cae una lágrima).

-No llores, haz el favor.

-Pues quiero galletas.

-Espera que salgamos.

-No, quiero galletas de caca.

-Que dejes la caca ya COÑO- la digo enfadada.

Se queda con los ojos como platos. Se da cuenta que he dicho algo que es fuerte y prohibido.

-Aleee nos vamos porque ya no puedo más y ya veremos que hacemos de cenar.

-Cenamos COÑO- Suelta mi hija.

-Perfecto-dice M- ahora la niña dice una palabra más bonita que caca, ya lo que nos faltaba.

-Si ayudaras un poco más.

-¿Y qué más quieres que haga? Te recuerdo que yo también trabajo, me encargo mucho de la niña y hago mis tareas en casa. Esta es tu tarea, no la mia.

-No se en que momento se decidió que yo me encargaba de comprar, cocinar y lavar.

-En el momento en el que te diste cuenta que si me encargaba yo moririas desnutrida o de úlcera de estómago.

Ya voy cabreadísima. En ese punto del día después de aguantar mil en el trabajo ya solo me faltaba las tonterías de la compra.

Pasamos por la caja, 78 € que me gasto sin haber comprado nada que me solucione más que dos días. Que asco, cada día todo está más y más caro.

Volvemos al garaje y me niña divisa nuestro coche.

-Mira mama nuestro coche está ahí en donde el 3 y el....8 (su número preferido es el 8), yo creo que nos ha tocado el 58.

M y yo nos miramos, nos da la risa. A veces tiene unos puntos la niña muy buenos.

Pero yo sigo con el ceño fruncido metiendo bolsas al coche.

-Anda tonta que te enfadas por nada, veras cuando llegues a casa, lo tengo todo recogido y siempre podemos cenar esta noche lo que ha dicho la niña- Me dice poniéndome una mano en el culo y con la otra metiendo una bolsa al maletero del coche.

Me hace gracia su comentario y sobre todo la sonrisa picara que me pone que le hace irresistible y sabe que me encanta.

-Mama ¿sigues enfadada?

-No, ya no- la digo dándola un gran abrazo mientras la coloco en su sillita del coche.

-Porque yo te quiero muchiiiiiiiiiiiiiisimo, hasta los anillos de Saturno 2 veces.

Me enternece tanto que mi hija me diga que me quiere que todos mis males se van.

-Y yo a ti mi niña bonita.

Y nos subimos al coche con los lunnis a toda marcha cantando los tres.

Y por una milésima de segundo todo se me olvida, disfruto de mi pequeña familia a la que quiero y adoro.

Y eso es lo que últimamente busco. Mis milésimas de segundo.



PD. Gracias a todos los que sin tener tiempo ni para publicar pasais por aquí día a día. Gracias a todos los que os habeis apuntado como seguidores porque me ha gustado veros. Gracias por vuestros animos. Gracias por todo.
El mundo bloguero también me reportan milésimas de segundos.



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