viernes, 10 de agosto de 2012

COLORES Y FORMAS

Marrón.

De este color son las nuevas toallas que me he comprado para mi adorado cuarto de baño.

Le puse en madera tipo rústico con un gran espejo y me encanta, es super bonito y a mi la madera así no me cansa, según pasa el tiempo me gusta más. Es lo que tiene elegir una bonita madera que con los años gana muchísimo al tostar.

Y el otro día que fuí al Primark y vi el gran colorido en toallas que tiene, decidí renovar alguna y de toda la gama de colores fué y me dio por comprarme unas toallas marrones.

Una vez en casa y las coloqué no pude más que preguntarme: ¿Porque te has comprado unas toallas marrones con todos los colores que había?

Siempre he tirado a los colores vivos, incluso blancos. Pero ¿marrón?

Y ya no se si deciros si me gustan o no mis nuevas toallas.

Hay veces que las miro y pienso:

- Que feas son las jodias, que oscuridad me dan al baño.

Otras:

- No están mal, ahora parece el baño más rústico. Además no es un marrón normal, es un MARRÓN CHOCOLATE.

Ojo a la apreciación. CHOCOLATE. He ahí el kit de la cuestión. Si al color marrón le acompañas de la palabra chocolate el matiz cambia.

Ahora veo mis toallas y me recuerda algo dulce. Y me gustan.

Acerte.

A quien se le ocurriera ponerle el matiz de chocolate en el color marrón acertó de lleno.

Porque en sí, mira que es feo el color marrón.
Preguntes a quien preguntes jamás nadie te dira que su color favorito es el marrón. Todo el mundo, que si rojo, verde, azul, naranja... ¿pero marrón? No conozco a nadie vamos.

El otro día hablando con una compañera del curro me contaba que iba a pintar una de las habitaciones de su casa en color café con leche.

¿Café con leche?

Soy yo, ¿o me da a mi que nos hemos vuelto muy culinarios al hablar de colores?

Pues no voy y escribiendo este post descubro que lo que sufro tiene un nombre y es ... sinestesia.

Y esque para mi determinadas cosas tienen un color u olor característico.

Tambíen depende mucho de mi estado de ánimo o de la época que este viviendo.

Lo que si os puedo decir que el número 5 es rojo. De toda la vida del Señor el 5 es rojo. No se porque pienso en el número 5 y me viene una fresa a la cabeza y las fresas son rojas, no rosas.

¿Y el amarillo? El amarillo es un 3 como un piano. Es una lima. En realidad amarillo, amarillo no es, tira casi más a verde, es un calipo de lima-límón.

El azul es un triangulo. Siempre que veo dibujado un triangulo me asalta la necesidad de pintarle en azul. Y su olor es a piscina. Yo pienso que esto tiene que ser un sentimiento reprimido que tengo. Estoy segura que si fuera inmensamente rica y tuviera un mega chalet con su mega jardín, mi piscina sería triangular. Así de original que sería. La cream de la cream de la alta sociedad. Allí me vería con la Carmen Lomana explicandole que el número 1 es verde.

Y no le busqueis 3 pies al gato porque le encontrareis 4. El 1 es verde porque si. Y punto pelota.

El 2 es pareja. Va a sociado a pares. Pensar en 2. ¿A que lo primero que pensais cuando pensais en el número 2 es en unos bonitos zapatos de tacón? Y esos zapatos son de fiesta. El dos mola.

¿Qué porque os cuento esto de los colores?

Porque forma parte de mi mundo. Es lo que ve mi yo.

Y últimamente ando muy en mi mundo. Ando entre colores. Entre números y formas diferentes que solo yo le encuentra olores y sabores diferentes.

Ando cayada, cansada, pero cayada, disfrutando de lo nuevo que me está pasando, que aunque no sea nuevo porque ya he estado embarazada en otra ocasión, ando contenta, examinandome a cada segundo.

Me la suda cuando esta mierda de crisis me grite que estoy haciendo una locura. Yo me meto en el número 5 y pienso, que te jodan crisis que no puedes entrar en mi fresa gigante.

Me la suda cuando veo a M preocupadísimo porque el año que viene se le acaba el paro. Me meto en el número 6 que resulta que es naranja, es una media naranja granizada, que está bien buena. Ya encontrarás. Ya vendrán tiempos mejores. Relax.

Me la suda cuando en el trabajo fruncieron el ceño mis jefes. Yo también tengo derecho a tener familia como la tienen ellos. Y estoy cansada, muy cansada de trabajar. Así que me meto en el número 2, me pongo mis mejores zapatos y ya me encuentro mejor.

Me la suda cuando mi familia lo primero que pensó cuando se lo conté fué en que tengo que ayudarles más y ahora voy a poder menos. Ya no puedo más. Hago tanto por ellos que no me pueden pedir ni un grano más. Me sobrepasan la línea que tenemos todos, me llenan el vaso, hasta derramarme.

Y aquí es cuando me meto en mi piscina triangular, en mi color azul. Y todo mentalmente porque todavía no he olido lo que son vacaciones y hasta septiembre aquí estoy sentada entre cuatro paredes en el trabajo, con horarios vergonzosos, porque tengo la sensación de estar aquí metida todo el día, que solo voy a mi casa a dormir y vuelvo nuevamente a sentarme en esta silla delante de este ordenador.

Por lo menos tengo algo nuevo en que pensar. Y estoy contenta. Y estoy feliz. Porque lo que estoy viviendo no me va a volver a pasar nunca más y quiero disfrutarlo al máximo.

No se como me las apañaré, pero ya saldré por algún lado.

Siempre hay que pensar que el momento en  que se está viviendo puede ser el mejor de nuestra vida.

Y hay que vivirlo a tope.

Paso de desanimos. Lo que me está pasando es lo más bonito del mundo, así que yo sigo haciendo formas y colores. No me digais que no es guap@ mi nueva razón de ser.


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