miércoles, 16 de febrero de 2011

LIBRANDO BATALLAS

Así es como ando.

Enzarzada en una batalla que la tengo ya prácticamente ganada.

Ha sido dura pero ahora vuelvo a respirar, aunque no bajo la guardia.

Todo empezó con una notita que nos mandaron del cole y que yo sobreestime.

Eso le pasa a otros!, me decia yo.

Pero cuando mi hija empezó a arrascarse la cabeza me empezó a oler a chamusquina.

La ignorancia de no saber lo que buscaba me jugó una mala pasada.

Y yo me volvía a decir- ¿Ves? Mi hija no. Eso son otros.

Pero los rascones que se metia de cabeza no eran normales.

Me metí en internet, me infome y les vi.



Casi me da un patatus cuando vi lo asquerosamente asquerosos que son.

Me lie a buscarlos en la cabeza de mi hija. Nada.

Pero esa caspilla detras de las orejas que le encontré me confirmó lo que más temia.

Me bajé a la farmacia. Me compré un champú y un peine llamado liendrera.

Metí a mi niña en la bañera y le enjaboné la cabeza. Lo dejé actuar y me metí con ella y mientras jugaba a prepararme un café con su cafeterita y tazitas de juguete me lié a partirle el pelo con pinzas y a pasarle el peine pelo por pelo.

Y de está forma encontré uno.

Casi me da un desmayo.

Que asco!!!! Que vergüenza!!!! Mi princesa con pipis. No me lo podía creer.

Me picaba tanto todo el cuerpo que me eché el champú yo también. Hice que M se metiera en la bañera y que se lo echara él también. Lavé todas las sábanas, almohadas, colchas, todo lo que se me ocurrió.

Hice la misma espedición a M en la cabeza y él estaba limpio.

Le obligue a que me mirara y no encontró tampoco nada.

Esa tarde me tiré horas con la niña, cuando salió del agua, la sequé el pelo y me lié pelito por pelito a quitarle todas las liendres.

Y resulta que el peinecito en cuestión se llama liendrera pero las liendres no las quita pero si que le sacas los pipis.

Al día siguiente volví a repetir la misma operación, ya no tenía nada y la niña ya no se arrascaba pero una sola liendre y volvía al principio.

Después de 15 días empiezo a respirar y pensar que he logrado librar esta batalla con éxito, aunque no bajo la guardia.

La ventaja con la juego ahora es que ahora se buscarlos. Esto no vuelve a pasarle a mi princesa, no lo permitiré.

Ya se pueden buscar otra cabeza porque yo tengo mis armas muy bien preparadas y las uso a diario.

Una experiencia más, una batalla más y mi princesa tan contenta.

Ahora tengo un nuevo reto.

Hacerle el disfraz de mariquita para los carnavales.

Eso, eso si me da miedo.

Hay que joderse que yo la había comprado un disfraz de Cenicienta más bonito que todas las cosas y ahora resulta que en el cole tiene que ser casero.

Están zumbados, con lo patosa que soy yo para las manualidades.

Pero... ya os contaré, porque a mi a cabezota nadie me gana.

No me achanto y si he conseguido ganar la batalla a los pipis, podré hacer un disfraz de mariquita.

Vamos si lo consigo. Y ese será el único bicho que se vea en mi casa.

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